Yo también he estado en tu lugar, también he pensado que quiero cambiar mi vida. Me he levantado cada día para ir a trabajar de 8 a 8 para personas que no estaban alineados con mis valores. Me sentía hastiado y frustrado, sentía que no tenía nada nuevo que aprender, cada día era igual que el anterior. Quería cambiar mi vida, aprender cosas nuevas, buscarle el sentido a lo que hago, sentirme útil, tener la libertad de decidir qué hago cada día.
Pues… lo he logrado.
Hoy voy a darte las claves para que pases de no saber qué hacer con tu vida para cambiarla y «escapar» de esta situación, a llegar a encontrar algo que de verdad llene esos huecos vacíos.
Muy importante: la mentalidad con la que tienes que leer este artículo es la de aplicar, aplicar y aplicar. De nada te sirven mil artículos que puedas leer si no pones en práctica nada. Así que céntrate sobre todo en ir aplicando todo lo que te comente. Si hace falta, apártate un momento de la lectura para empezar a planificar o tomar acción, el artículo seguirá abierto en tu navegador o en tu lista de favoritos, ya volverás.
Paso 1. Autoconocimiento
Antes de lanzarte a cambiar tu vida, es fundamental que te conozcas bien. Pero no me refiero solo a saber cuáles son tus gustos o tus metas, sino a entender de verdad quién eres, cómo funcionas, y qué aspectos de tu vida podrían estar jugando en tu contra sin que te des cuenta.
Para esto, te propongo que uses el Modelo de las 4 Tendencias de Gretchen Rubin. Es muy práctico.
Modelo de las 4 tendencias
Es una herramienta superútil para descubrir cómo respondes a las expectativas, tanto las que te pones tú mismo como las que te ponen los demás.
Esto te va a ayudar a identificar patrones de comportamiento que podrían estar alimentando hábitos negativos y te dará pistas sobre cómo cambiarlos.
El modelo clasifica a las personas en cuatro grupos según cómo responden a estas expectativas. Puedes hacer el quiz aquí, si quieres. Te saldrá una de estas cuatro cosas:
- Cumplidor (Upholder): Respondes bien tanto a las expectativas externas (como las que te piden en el trabajo) como a las internas (tus propios objetivos). Eres de los que siempre cumple, pero ojo, esto también puede llevarte a sobrecargarte de tareas, y a veces te cuesta priorizar lo realmente importante.
- Cuestionador (Questioner): Respondes bien a las expectativas internas, pero solo cumples las externas si tienen sentido para ti. Sueles investigarlo todo antes de tomar decisiones, lo cual es genial, pero puede hacer que procrastines cuando las cosas no te parecen lógicas o justas.
- Obligado (Obliger): Eres de los que cumplen con las expectativas de los demás, pero te cuesta mucho seguir tus propias metas. Esto puede llevarte a decir que sí a todo, dejando de lado tus propios objetivos y, a largo plazo, generar frustración.
- Rebelde (Rebel): No respondes bien ni a las expectativas internas ni a las externas. Te gusta hacer las cosas a tu manera y en tu propio tiempo, lo que puede ser liberador, pero también hace que sea difícil mantener la constancia en ciertos hábitos.
Conocer cuál de estas tendencias predomina en ti es un paso crucial para entender por qué haces lo que haces.
Por ejemplo, si eres un “Obligado”, puede que identifiques que muchos de tus hábitos negativos (como decir que sí a todo y luego estresarte) provienen de poner las expectativas de los demás por encima de las tuyas. En cambio, si eres un “Rebelde”, puede que luches contra tus propios planes solo por el simple hecho de que te los has impuesto tú mismo.
Una vez que te identificas con una de estas tendencias, puedes empezar a observar cómo esta afecta a tus hábitos diarios.
¿Eres de los que se comprometen a ir al gimnasio, pero luego nunca van? Quizás porque te falta un compromiso externo que te motive.
¿Te propones metas ambiciosas, pero luego te cuesta avanzar porque dudas de todo? Puede que seas un “Cuestionador” y necesites más claridad sobre el porqué de cada paso.
Analiza tus hábitos
Ahora, tómate un momento para reflexionar sobre tus hábitos actuales.
- ¿Cuáles de ellos encajan con tu tendencia y te están ayudando a avanzar?
- ¿Cuáles, en cambio, están frenando tu progreso?
Por ejemplo, si reconoces que tiendes a procrastinar porque lo pones todo en cuestión, puedes trabajar en establecer fechas límite claras o en buscar información que te ayude a tomar decisiones más rápidas.
El objetivo de este paso es que identifiques esos hábitos que no te están sirviendo y empieces a pensar en cómo podrías modificarlos.
No hace falta que tengas la mentalidad de un emprendedor para tener éxito con tus cambios. A veces, el simple hecho de ser consciente de por qué haces algo es suficiente para empezar a cambiarlo. Y lo mejor de todo es que, al entender tu tendencia, puedes diseñar estrategias que se adapten a tu manera de ser, en lugar de luchar contra ella.
Recuerda, el autoconocimiento es la base sobre la que vas a construir todos los cambios que quieras hacer en tu vida. Así que tómate tu tiempo para reflexionar y aplicar este análisis. Es un paso que te dará claridad y te preparará para los siguientes movimientos que darás para cambiar tu vida.
Con todo esto claro, y trabajado, sigue leyendo.
Paso 2. Menos hábitos negativos
> El éxito no consiste en cuanto tiempo dedicas a hacer lo que te gusta. Consiste en cuanto tiempo no dedicas a hacer lo que no te gusta – Casey Neistat
Ahora que ya te has tomado un tiempo para conocerte mejor, vamos a trabajar en algo clave: eliminar esos hábitos negativos que te están frenando.
Porque, aunque parezca obvio, a veces puede seguir haciendo cosas que sabes que no te van bien. Pero cambiar, cuesta, y a veces mucho.
¿Por qué es tan importante esto? Porque los hábitos negativos actúan como una especie de ancla, frenando tu avance hacia los objetivos y, en última instancia, hacia el cambio de vida que estás buscando.
Además, algunos de estos hábitos pueden ser tan sutiles que ni siquiera los percibes como un problema hasta que empiezas a analizar su impacto.
Sin ir más lejos, fumar no solo afecta tu salud física, sino que también consume dinero que podrías estar invirtiendo en algo mucho más interesante. Procrastinar de manera crónica, por otro lado, es una trampa mortal para cualquier persona que quiera cambiar su vida, ya que te roba tiempo, energía, y te deja con una sensación de ir siempre atrasado en lo que sea que quieras acabar.
Pero no todo es tan obvio. Hay otros hábitos que parecen inofensivos pero que, acumulados, también te hacen daño. Revisar las redes sociales constantemente puede parecer un simple pasatiempo, pero en realidad es un ladrón de tiempo que además alimenta comparaciones innecesarias y puede afectar a tu autoestima.
¿Cómo hacerlo?
El primer paso es identificarlo con claridad. Si un hábito no te está sumando, entonces te está restando.
Si no lo has hecho ya, haz una lista con todos los hábitos que consideras que están frenando tu progreso. Pueden ser cosas como:
- Fumar o beber en exceso
- Procrastinar o dejar todo para el último momento
- Pasar horas en redes sociales o viendo televisión sin ningún objetivo claro
- Comer de forma descontrolada o poco saludable
- Decir que sí a todo y luego sentirte abrumado
Una vez que tengas clara esta lista, es momento de empezar a trabajar en eliminar o reemplazar esos hábitos.
Y aquí es donde entra en juego algo muy importante: la autocompasión y la paciencia contigo mismo. Cambiar hábitos no es algo que se logra de la noche a la mañana, y es probable que tengas días en los que falles. Pero no te rayes, porque lo importante es que sigas intentándolo, probando nuevas estrategias, y sobre todo que no te rindas.
Con los hábitos negativos fuera de la ecuación, o en progreso de estarlo, ya tienes espacio para empezar a construir hábitos positivos que te van a sumar.
Paso 3. Más hábitos positivos
Ahora que has hecho espacio al eliminar lo que no te sirve, es momento de llenar ese vacío con hábitos que te impulsen hacia adelante.
Un hábito positivo te beneficia a largo plazo porque, cuando los practicas de forma constante tienen un impacto positivo en tu vida.
Por ejemplo, hacer ejercicio regularmente es un hábito positivo que mejora tu estado físico y que tiene un efecto increíble en tu bienestar mental. Cuando haces deporte, tu cuerpo libera endorfinas, esas hormonas que te hacen sentir bien, y te ayuda a combatir el estrés, la ansiedad y la depresión.
Otro hábito positivo es formarte continuamente en cosas que te interesen. No tiene que ser un curso formal, puede ser algo tan sencillo como leer libros o ver vídeos educativos en YouTube sobre temas que te apasionen. Aprender cosas nuevas mantiene tu mente activa y puede abrirte puertas a nuevas oportunidades.
Más ejemplos de hábitos positivos:
- Practica la gratitud: Apartar un momento cada día con el fin de reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido te va a cambiar tu manera de ver las cosas. Este hábito puede aumentar tu felicidad y reducir el estrés, no es broma.
- Dedica tiempo a tus pasiones: No todo en la vida tiene que girar en torno al trabajo o las obligaciones. Dedicar tiempo a aquello que te apasiona, ya sea tocar un instrumento, pintar, cocinar o cualquier otra cosa que te haga feliz, es esencial para mantener un equilibrio saludable.
- Medita o practica la atención plena: Incorporar la meditación o la práctica del mindfulness en tu día a día puede ayudarte a reducir el estrés, mejorar tu enfoque y aumentar tu capacidad para tomar decisiones acertadas.
- Rodéate de personas positivas: Las personas con las que te relacionas tienen un gran impacto en tu vida. Rodéate de aquellos que te apoyen, te inspiren y te motiven a ser mejor cada día.
La clave para incorporar nuevos hábitos es la constancia. No te frustres si no ves resultados inmediatos. Los hábitos se construyen con el tiempo, y lo más importante es mantenerte comprometido con ellos. Si decides implementar un nuevo hábito, te recomiendo que te esfuerces por no hacer ninguna interrupción. Si fallas un día, puedes pasarlo por alto, pero NUNCA dos días seguidos, o podrías acabar con el hábito.
Empieza por integrar un nuevo hábito a la vez. Si intentas cambiar demasiadas cosas al mismo tiempo puede resultar abrumador y acabarás abandonando. Elige un hábito positivo que creas que tendrá el mayor impacto en tu vida, como hacer deporte (en serio, podría serlo).
Paso 4. Encuentra tu «propósito»
Llegados a este punto, ya has trabajado en conocerte mejor, has eliminado lo que te resta y has añadido hábitos que te suman. A estas alturas, habrás salido de tu situación y encima has crecido como persona.
Ahora estás preparado para abordar una de las preguntas más importantes que puedes hacerte: ¿Cuál es mi propósito?
Tu propósito será lo que te guíe cuando hayas salido de tu situación. Ahora, estarás listo para aportar al mundo. El propósito hace que te levantes cada día con ganas de vivir y trabajar. Es aquello que da sentido a lo que haces. Cuando encuentras ese propósito, es mucho más fácil alinear tus acciones con tus verdaderos deseos y empezar a construir la vida (y el mundo) que quieres.
¿Cómo encuentras tu propósito?
Primero, olvídate de la idea de que tu propósito tiene que ser algo perfecto o de película.
Puede ser tan sencillo como querer ayudar a los demás, crear algo bonito, o vivir de una manera que respete tus valores. Lo importante es que sea algo que resuene contigo, algo que te haga sentir que tu vida tiene un significado.
Empieza por hacer una lista de las cosas que realmente te importan, tus 10 pasiones o centros de intereses. No pares antes de tener los 10, puedes escribir más, pero nunca MENOS de 10.
No te censures y anota todo lo que te venga a la mente, por muy pequeño o poco importante que te parezca. Luego, revisa esa lista y pregúntate: ¿Hay algún patrón? ¿Qué es lo que más te llama la atención?
Una vez que tienes una idea más clara de cuál podría ser tu propósito, podría ser el momento de pensar en cómo puedes convertir eso en algo más grande, en un proyecto o emprendimiento que no solo te llene a ti, sino que también tenga un impacto positivo en los demás. Aquí, mi newsletter, a la que puedes acceder al final de este artículo, podría echarte un cable como guía y fuente de inspiración e ideas.
Vamos, que podrías convertir tu propósito en un proyecto. Pero esto te llevará un tiempo de prueba y error, casi seguro (a menos que tengas muyyy muy claro qué quieres hacer y cómo).
Aquí es donde el método SCRUM, del que te he hablado en otros artículos, puede ser tu aliado. Esto es perfecto para los emprendedores, porque te permite avanzar paso a paso, sin tener que esperar a que todo sea perfecto antes de lanzarte.
Si tu propósito fuera ayudar a los demás a mejorar su bienestar. Podrías empezar con un pequeño blog, compartir tus conocimientos y experiencias, y luego, a medida que crezcas, podrías ofrecer servicios de coaching o incluso crear tu propia línea de productos de bienestar.
Conozco de primera mano muchos casos así, y podrías usar tu historia de superación como un ejemplo a seguir, o como fuente de inspiración para ayudar a otros.
Con todo esto, ya tienes el plan perfecto para cambiar tu vida, pero sé que no es tan fácil como parece.
¿Quieres más? Libros para expandir
Como sé que un artículo no siempre es suficiente para cambiar tu mentalidad o tu manera de hacer las cosas, voy a recomendarte tres libros que complementan a la perfección todo lo que te he contado, y que podrías leerte para expandir y profundizar, digiriendo y dando pasitos más pequeños hasta conseguir los resultados que buscas.
- Marian Rojas: Mi psiquiatra favorita, que habla mucho sobre la resiliencia, la capacidad de las personas para recuperarse de malas rachas y salir fortalecidas. Dos libros imprescindibles:
- Cómo hacer que te pasen cosas buenas
- Recupera tu mente, reconquista tu vida
- Xavier Guix: Psicólogo clínico que habla mucho del tema de las expectativas. Recomiendo su libro El problema de ser demasiado bueno.
- James Clear: Un experto en hábitos, que se lo debe a su famosísimo libro Hábitos atómicos.
Empezaste leyendo este artículo diciendo que querías cambiar tu vida. ¿Te ha servido todo esto? Estoy seguro de que puede servirte. Recuerda aplicarlo poco a poco e ir siguiendo los pasos.
Una última recomendación: apúntate a mi newsletter. Ahí, te ayudaré a cambiar tu enfoque y a obtener la mentalidad perfecta para seguir creciendo cada día y aportar al mundo.
Deja una respuesta