¿No sabes lo que es la economía social?, en este artículo estás a punto de descubrir algo que te encantará.
¿Qué se entiende por «economía social»?
La economía social, o lo que algunos llaman economía social y solidaria (ESS), es mi manera de ver la economía. Aquí, lo importante no soy solo yo o cuánto dinero puedo ganar, sino nosotros, la comunidad, y cómo podemos beneficiarnos todos juntos.
Aquí, todos compartimos lo que tenemos y decidimos juntos cómo manejamos las cosas. Es un «todos para uno y uno para todos», pero en el mundo de los negocios y los proyectos.
Hablamos de poner la solidaridad, la justicia y el querer mejorar la sociedad por encima de querer llenarse los bolsillos a costa de los demás.
Se trata de trabajar juntos, tomar decisiones en grupo y repartir lo que ganamos de una manera que todos salgamos ganando, no solo unos pocos. Esto ayuda un montón a que la comunidad esté más unida y a que la gente se sienta parte de algo importante.
Sin embargo, y para los que quieran profundizar sobre el tema, hay dos leyes que son la base de cómo se define legalmente la economía social en España hoy en día:
- Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social: Reconoce, visibiliza y ayudó a asentar la economía social como una realidad.
- Ley 31/2015, de 9 de septiembre: Acabó de ayudar a desarrollar y fomentar la economía social española.
La economía social es mi forma de apostar por un futuro donde lo que cuenta es cuidarnos entre todos, asegurándonos de que la economía gire en torno a las personas y el planeta, no solo en hacer más y más dinero.
Los principios de la economía social
Ahora que ya tienes una idea de qué va esto de la economía social, te estarás preguntando, ¿y cómo funciona esto en la práctica?
Bueno, todo se basa en unos principios definidos por las leyes que he mencionado antes que aseguran que, al final del día, lo que estamos haciendo tiene un impacto positivo tanto en nuestra comunidad como en el planeta.
Primacía de las personas y del objetivo social sobre el capital
Imagina que en vez de que todo gire alrededor de cuánta pasta puedes hacer, lo que importa es la gente y cómo podemos mejorar nuestra sociedad.
Aquí, la clave es una gestión que todos puedan ver y en la que todos participen. Es decir, las decisiones se toman pensando en las personas, en el trabajo que aportan y en los beneficios que podemos traer a la comunidad, más que en cuánto dinero está metiendo cada uno.
Vamos, que ponemos a las personas y nuestros objetivos sociales por encima de los beneficios económicos.
Reaplicación de los beneficios a los miembros y a la misión social
Cuando la empresa va bien y genera ganancias, estos beneficios se reparten de una manera especial.
No se trata de repartir el dinero a lo loco, sino de reconocer el trabajo de cada uno y el valor que aportan a la empresa y, sobre todo, de reinvertir en nuestra misión de hacer del mundo un lugar mejor.
Esto significa que si trabajas duro y aportas a la comunidad, verás los frutos de tu esfuerzo de una manera que cuenta de verdad.
Fomento de la solidaridad y compromiso con el entorno
Este principio es uno de mis favoritos. Se trata de mirar más allá de uno mismo y de su empresa, para ver cómo podemos contribuir a nuestro entorno.
Esto incluye desde promover la igualdad de oportunidades y la inclusión social, hasta apoyar el desarrollo local y la sostenibilidad.
Tendrás por delante un negocio que no busca solo el éxito, sino también un impacto positivo para la comunidad y el medio ambiente. Te haces rico en «buenas acciones», por decirlo de alguna manera.
Independencia de los poderes públicos
Aunque suene un poco a rebeldía, este principio es superimportante.
Debes mantener una distancia saludable con el gobierno y los políticos, para asegurarte de que puedes seguir trabajando por tus objetivos sociales sin influencias externas que puedan desviarte de tu camino.
Esto no significa que no colabores con ellos, sino que tus decisiones siempre se tomarán pensando en lo mejor para tu comunidad y sus miembros, no en lo que otros nos digan que es mejor.
¿Cuáles son las empresas de economía social?
¡Pues hay un montón! Desde cooperativas y fundaciones hasta sociedades laborales y empresas de inserción. Todas estas tienen algo en común: buscan no solo ganancias, sino también hacer el bien.
Se adaptan a las necesidades de la gente y del entorno, ofreciendo todo tipo de servicios y productos.
Son entidades que ponen el corazón en lo que hacen, buscando siempre el impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Te cuento un poco sobre algunas de ellas, según establece la ley 5/2011 en su definición de economía social:
Cooperativas
Las cooperativas son un lugar donde todos los miembros tienen voz y voto, ya que las decisiones se toman entre todos y para el bien de todos.
Se basan en principios como la adhesión voluntaria, la gestión democrática y la preocupación por la comunidad. Vamos, que aquí el objetivo es trabajar juntos hacia un fin común, beneficiando a todos los miembros y al entorno.
Un ejemplo es Mondragón Corporación Cooperativa: Es el grupo cooperativo más grande del mundo y uno de los ejemplos más emblemáticos de éxito en la economía social. Originario del País Vasco en España, se dedica a una amplia gama de sectores, incluyendo industria, finanzas y educación.
Sociedades laborales
Aquí el truco está en que los trabajadores son a la vez los propietarios. Esto significa que se implican un montón en el proyecto porque, al fin y al cabo, es suyo.
Estas sociedades promueven un modelo empresarial muy inclusivo, donde las ganancias y las decisiones benefician directamente a quienes ponen el esfuerzo diario.
Un ejemplo es Tecnalia: Es una sociedad laboral líder en investigación y desarrollo tecnológico en Europa, centrada en la transformación digital y la sostenibilidad energética, entre otros campos.
Mutualidades
Salvando las distancias, podrían ser como un gran grupo de amigos que deciden asegurarse entre ellos, sin buscar ganar dinero a costa de los demás.
Su gestión es democrática y su objetivo es complementar la Seguridad Social, ofreciendo una capa extra de seguridad y apoyo a sus miembros.
Un ejemplo de este tipo de empresas sociales es Asegurados Solidarios una correduría de seguros dirigida principalmente a asociaciones sin ánimo de lucros y a voluntarios que, además, reparte parte de sus beneficios en causas sociales.
Centros Especiales de Empleo de Iniciativa Social (CEEIS)
Estos centros son verdaderas joyas de la economía social. Están pensados para crear oportunidades de trabajo para personas con discapacidad, buscando siempre su desarrollo profesional y personal.
Lo bonito es que reinvierten sus beneficios en seguir creando estas oportunidades, mejorando continuamente.
Un ejemplo a seguir es Ilunion: Pertenece a la ONCE y su Fundación, y es un claro ejemplo de cómo un CEEIS puede operar en diversos sectores (limpieza, seguridad, turismo, etc.), promoviendo la inclusión laboral de personas con discapacidad.
Empresas de inserción
Son empresas que se enfocan en ayudar a personas desfavorecidas a encontrar un lugar en el mundo laboral.
Mediante un proceso de aprendizaje y trabajo real, estas empresas hacen una labor social impresionante, asegurando que el 80 % de sus resultados se reinvierte en la misión.
Un ejemplo que tenemos en España es La Fageda: Es una empresa de inserción catalana conocida por sus productos lácteos y su modelo de negocio enfocado en la integración laboral de personas con discapacidad intelectual y trastornos mentales graves.
Son muchas las personas que conviven cerca de La Fageda y que tienen una vida plena gracias a empresas como esta.
Cofradías de pescadores
Sí, hasta las cofradías de pescadores forman parte de esta gran familia.
Representan y defienden los intereses de los trabajadores del mar, actuando de manera no lucrativa y con un fuerte compromiso hacia el desarrollo local y la sostenibilidad.
Para muestra un botón: Cofradía de Pescadores de Sant Carles de la Ràpita: Esta cofradía es un buen ejemplo de cómo estas entidades pueden promover la pesca sostenible y el desarrollo local en sus comunidades.
Asociaciones y fundaciones
Por supuesto, también tenemos a las asociaciones y fundaciones, que son pilares en la prestación de servicios donde el sector lucrativo no llega.
Son aún más importantes en áreas críticas como la discapacidad y la inclusión social, innovando y abogando por un mundo más justo y equitativo.
Un ejemplo más que obvio es la Fundación ONCE: Dedicada a la inclusión de personas con discapacidad, la Fundación ONCE es un referente en el impulso de políticas de accesibilidad y empleo.
Es clave, eso sí, tener bien claro que, aunque son empresas sociales y solidarias (ESS), no se pueden considerar empresas sociales, otro factor del que hablaremos a continuación.
Las empresas sociales generan ingresos de sus actividades, las asociaciones y fundaciones, en cambio, se sostienen mayormente por donaciones y subvenciones.
La empresa social
Ahora que has visto el amplio mundo de la economía social, quizás te preguntes, ¿y cómo encaja la empresa social en todo esto? Bueno, si te pica la curiosidad sobre cómo darle un giro social a tu emprendimiento, tengo algo que seguro te interesará.
Las empresas sociales no son solo negocios que buscan ser rentables; van un paso más allá: quieren transformar la sociedad para mejor. Esto es precisamente lo que abordamos en nuestro artículo dedicado: «¿Qué es una empresa social? Definición y consejos».
Ahí verás cómo puedes empezar a marcar la diferencia hoy mismo. Inspirado por visionarios como Muhammad Yunus. Si te intriga cómo una empresa puede ser un vehículo para el cambio positivo, te invito a leerlo. Te prometo que saldrás de ahí con una chispa nueva para encender tus ideas.
Mi opinión sobre la economía social
Al llegar a este punto, espero que te lleves algo más que una simple noción de lo que es la economía social.
Detrás de cada empresa social hay una historia de pasión, desafío y, sobre todo, un fuerte deseo de contribuir a un mundo mejor. Esta es la esencia que mueve a emprendedores a pensar más allá de las ganancias, a ver el éxito no solo en cifras sino en impacto real y positivo.
Recordemos que cada pequeña acción cuenta. Cada paso que damos hacia una economía más social y solidaria es un paso hacia un futuro donde todos podemos prosperar.
¿Te animas a ser parte de este cambio? Es una oportunidad para crecer profesionalmente a la vez que llenas tu vida con propósito y significado. Emprendamos juntos el camino hacia un mundo mejor, uno donde lo social y lo empresarial se dan la mano para avanzar.
Y si todo esto de la economía social te ha movido algo por dentro, tengo una propuesta para ti. ¿Por qué no seguir explorando juntos este camino hacia el cambio? Suscríbete a mi newsletter y conviértete en parte de una comunidad que está reinventando el mundo empresarial con un propósito claro: impactar positivamente en la sociedad y en el planeta.
Deja una respuesta